24 setiembre 2009

Sobre Jorge Reyes y William Blake

En el año 2003 se estrenó en el teatro Degollado de Guadalajara un espectáculo multidisciplinario basado en el poema en prosa titulado Las bodas del cielo y el infierno, del poeta inglés William Blake (1757-1827). Rara vez la obra de este poeta fue llevada a un espacio teatral, debido a la ausencia de dramaturgia en su producción literaria, a la profundidad conceptual de su obra y al espesor metafórico de su filosofía.

Pero la exuberante riqueza del pensamiento de Blake representa una tentación escénica y un reto creativo que no falta, pese a su dificultad, quién lo acepte. Con el apoyo de la Universidad de Guadalajara, Las bodas del cielo y el infierno (1791) logró escenificarse en forma de propuesta vanguardista y reflexiva por los actores Arianne Pellicer (esposa del fallecido Jorge Reyes), Tina French y Marco Bacuzzi, con música de Jorge Reyes, dirección de Antonio Castro y escenografía de Mónica Raya y Alejandro Colunga. Esta obra representa una invitación a desatar los yugos de la imaginación y la libertad e intenta acercar al espectador al intenso y controvertido pensamiento de Blake.

Tras una corta pero exitosa temporada en el Teatro Degollado, esta puesta en escena se presentó el pasado octubre en el Centro Nacional de las Artes. Ahora, después de unos meses detenida, se reestrena en el Teatro de la Ciudad.

Un canto a la libertad

Dos de sus creadores, Arianne Pellicer y Jorge Reyes, nos platican acerca del montaje.
-¿En qué consiste el espectáculo?

Jorge Reyes: Es un viaje por las visiones memorables de William Blake que son un canto a la libertad. Es una filosofía vigente en contra del fundamentalismo religioso, del fanatismo y de las mentalidades cerradas.

-¿Cómo se conjuga un autor de finales del siglo XVIII con una puesta tan vanguardista?

Arianne Pellicer: Blake es vanguardista y vivió adelantado a su tiempo, por eso el espectáculo salió así. Fue el resultado de empaparnos de su obra, cerrar los ojos, improvisar y tratar de llamarlo. Es como una reinterpretación de su obra llevada a la disciplina de cada uno de nosotros.

-¿Cómo es la música que compusiste para este espectáculo?

JR: Tiene partes apocalípticas, góticas, oscuras y electrónicas. La música está concebida como si fuera la banda sonora de una película, hay sonidos incidentales, efectos y temas preponderantes.

-La música de Los proverbios del infierno, con la que acabas de ser premiado en el Festival Internacional de Radioarte, ¿es parte de esta obra?

JR: Los proverbios del infierno está inspirada en la música que hice para Las bodas del cielo y el infierno pero retrabajada, modificada y adaptada para hacer un radioarte. La música con la que gané el premio es un altar sonoro, que se presentó el 2 de noviembre en Radio Educación, y que está dedicado a todos los muertos de la guerra. Los sonidos están tomados de la guerra de Kosovo y Medio Oriente.

-¿Desde que perspectiva está presente la guerra en Las bodas del cielo y el infierno?

JR: Blake menciona las guerras santas y habla sobre la situación en la que una cultura quiere imponer su dios porque cree que es mejor que los otros. Entonces se desencadena una serie de guerras que intentan imponer una verdad absoluta. Es prácticamente lo que está pasando hoy en Medio Oriente, Irak, Israel o Palestina. Guerras producto de la cerrazón sistemática, del fanatismo y de la interpretación unilateral de las cosas.

El bien y el mal

-Arianne, tu personaje aparece como diablo y se convierte en Blake; ¿qué representa esta transformación?

AP: Blake es un diablo.

JR: Pero no representa la moral como lo muestra el cristianismo. Aquí encarna la creatividad, la energía motriz y la vitalidad.

AP: Es un diablo que dice que no hay que reprimirse a nivel creativo, emocional y sexual. Para él la energía sexual es también espiritual; alma y cuerpo no están separados.

JR: Mientras que el ángel es el conservador, el que no corre riesgos. Sólo cree en lo que la lógica sistemática le enseña y eso lo toma como dogma. La discusión entre ellos no representa el mal como el pecado castigado y el bien como premio para entrar al paraíso. Aquí el diablo intenta convencer al ángel de que vive de una forma muy limitada y reprimida.

-¿Qué les está dejando la experiencia de este montaje?

AP: Como actriz es maravilloso poder decir esos textos.

JR: El hecho de que el público se acerque y se emocione con la obra de Blake para mí ya es un logro. Y como músico, me ha dado la oportunidad de hacer algo diferente a lo que suelo hacer, algo más gótico y oscuro.

MARIANA NORANDI - ESPECIAL
http://www.jornada.unam.mx/


18 setiembre 2009

Naná Vasconcelos - Entrevista

Naná nace en Recife, en el estado Pernambuco, pero su historia comienza siglos atrás, un poco más al oriente, en un continente esclavizado donde la música aún mantiene rasgos ancestrales. Naná vive en Recife, una ciudad de varios millones de personas (decir millones al hablar de Brasil es tan común que las exactitudes son un lujo), pero la mayoría cree que lo hace afuera. Naná abre el carnaval de Recife, uno de los más importantes, pero su música, basada en la percusión, está cada vez más cerca del silencio. Ha ofrecido conciertos en muchos países: Angola, Mozambique, India, China, Noruega, Hungría, Francia, Inglaterra, Estados Unidos, pero está tan lejos de las fórmulas comerciales que muy raras veces sus temas llegan siquiera al top 20 de la radio. Ha trabajado junto a figuras como Milton Nascimento, Gilberto Gil, Pat Matheny, B.B.King, Paul Simon, Don Cherry o Collin Walcott, pero asegura que la mejor experiencia musical la vivió el año pasado, en una visita a Bahía, cuando una anciana de 103 años le cantó en dialecto africano.

En su casa, acorralados por una torre de videos y centenares de discos: Virginia Rodríguez, Charles Abrao, Trilok Gurtu, Chico Antonio, Pino Danielle, Camarón de la Isla, Los Beatlles, asomaron onomatopeyas para hablar de amigos y admirados como Ray Barreto, Mongo Santamaría o Charlie Palmieri, de la derrota de la música a manos del mercado y de la memoria como último resquicio de cordura. Naná es, probablemente, lo más parecido que hay a su instrumento preferido: el berimbau. Un arma de guerra musical. Un acompañante para la danza de la capoeira. Un argumento que busca el equilibrio.

¿Por qué el berimbau?

Yo llegué al berimbau hace muchísimos años, porque había un teatro en Bahía en el que se tocaban instrumentos folclóricos, ahí aprendí, durante un espectáculo. Después de la primera temporada me quedé ensayando con ese instrumento, que es en realidad africasilero, vino de África para Brasil. Aquí se usa para la capoeira. Hoy por hoy yo escucho todo lo que sale del resto de los instrumentos a partir del berimbau. Técnicamente tiene todo, yo le encontré una forma propia, una manera, porque siempre pensé en hacer con él lo que Jimmy Hendrix hizo con la guitarra. Hendrix demostró que los instrumentos no tienen fin. Tú puedes conseguir un sonido orgánico para cada uno, por eso también trabajo con el cuerpo. Además, para cada instrumento tienes una combinación sonora que pasa por la voz. Tienes que conseguir un equilibrio, un balance natural. Yo tengo un disco llamado Saudade, que es grabado con la orquesta sinfónica de Stutgartt en Alemania, allí lo encuentras mucho, fue un disco en el que trabajé con Pat Metheny.

¿Hacia dónde está dirigiendo ahora su trabajo?

Interpretaciones instrumentales, lo que hice en mi último disco. Tengo un grupo muy joven con el que nos movemos hacia alguna cosa y de repente cambiamos hacia otra, encuentros con todo tipo de instrumentos, eso es lo bueno de ese cuarteto, que al tocar todo puede virar hacia otros sonidos. Y que son músicos jóvenes que no creen todavía en la fama. Se toman el asunto en serio, pero con mucha libertad. Es muy difícil lograr que un percusionista se convierta en concertista, incluso aquí en Brasil, y eso es lo que yo he tratado de hacer. El verdadero músico de la percusión no debe preocuparse por tocar más rápido o más alto, lo que le debe importar es hacer música, y descubrir la música en el silencio.

BRASIL NO CONOCE A BRASIL

Naná es calmado pero sus manos nunca dejan de moverse. Grita, se ríe, posa, busca una cerveza y ataca con fuerza la historia escrita a comentarios simples. Asegura, por ejemplo, que la música de la Pantera Rosa es obra del brasileño Moasier Santos, quien la compuso cuando fue asistente de Henri Mancini, en Nueva York, y que la fama es sólo una excusa de la suerte. Así va desentrañando a un Brasil tan cargado de contradicciones como de engaños, y cambia de disco cada dos minutos.

Muchos dicen que usted no vive en Brasil

Yo no me marcho más de Brasil. Me quedo aquí disfrutando de mis cosas, tengo una casa en la playa, una hija que está creciendo. Yo comencé muy tarde, mi niña tiene 6 años y yo tengo 62, la gente piensa que soy su abuelo (risas).
¿Cómo ve la música de las calles?

Es la mejor porque es la más festiva y la más alternativa, porque la gente que la hace no tiene contrato con las disqueras y está procurando ver las cosas desde la raíz. Y eso es algo que puedes ver en el mismo carnaval de Recife. Mira esto: pac pum pac pum pac, pa para parara, parapupara… Eso es el frevo, la música típica del carnaval de Recife, aquí en Pernambuco. Ese que estás escuchando es Spok Frevo, un músico que hace algo que nadie está haciendo ahora. Está evolucionando hacia otro tipo de música, por eso me gusta. Este es su primer disco.

¿Usted ha tocado frevo?

Yo hago la apertura del carnaval de aquí, con una orquesta sinfónica y batería de carnaval, pero mira esto, escucha… Esto sí es una big band (risas)… Se sale de lo tradicional, quiebra barreras, está cambiando la música. Es maravilloso porque es diferente. Es como cuando en los cincuenta y los sesenta, con la incursión del jazz, la gente tocaba jazz, jazz, jazz, y los americanos decían, oh yes, yes. It’s happy, it’s happy: tiquitá, tiquitá, tiquitá, piririripurururá tucutá tucutátucutá (risas).

En el carnaval de Recife del 2002, usted logró que dos barrios rivales olvidaran sus diferencias, o al menos la dejaran a un lado en ese momento, ¿cómo fue esa experiencia?

Les propuse dirigir la apertura siempre y cuando los líderes de las favelas vecinas se pusieran de acuerdo para que tocáramos todos juntos. No fue fácil, su rivalidad era grande, pero al final aceptaron. Llevamos una orquesta sinfónica, la comunidad lo disfrutó mucho y yo también, porque pude comprobar que un concierto lo ofrece cualquiera, pero este tipo de trabajos, anular peleas por la música o formar a los niños, eso es otra cosa.

Aquí la música, la violencia y el fútbol tienen un peso enorme en las alegrías y depresiones del pueblo, incluso desde la infancia. ¿Es eso algo que los termina formando?

El problema aquí es que no hay formación social. No hay educación. Somos pocos los que nos preocupamos por realizar una formación completa, sobre todo para los niños. Yo tengo una ONG llamada ABC de la música. Allí los maestros trabajan con una orquesta sinfónica para mostrar a los niños la esencia de la música folclórica brasilera. Que aprendan a distinguir entre la música de Minas Gerais, de Maranâo, de Bahía, de Pernambuco. Eso es la cultura. Porque la música disciplina, porque la música hace al espíritu, porque la música va del silencio al grito, y viceversa. De otra forma, estos niños nunca se acercarían a un teatro municipal, nunca se acercarían a una orquesta sinfónica. Nunca se acercarían ni a su historia, que va mucho más allá de la influencia africana. El problema aquí es que Brasil no conoce a Brasil. Aquí tenemos secretaría de cultura y secretaría de educación. Pero la de cultura no tiene educación y la de educación no tiene cultura.

Pero este país es conocido por su música y una cultura que se ha hecho un nombre prácticamente impenetrable para otros mercados.

Claro, porque además del idioma, la diferencia entre la música de Brasil con la del resto de este continente es la africanidad. Colombia, Chile, Perú, Bolivia, ellos son más indígenas. Pero aquí si no suenas en la radio, si no tienes un tema en la novela, muy pocos van a saber quién eres como músico. Eso es la moda, a mí no me preocupa porque yo sé que cuando muera voy a ser famoso (risas). Te voy a decir algo, después de trabajar con tanta gente, ir a tantos países a hacer lo que me gusta, dar un show con la orquesta sinfónica de Noruega, voy y toco en un teatro pequeño de Sao Paulo, pero Brasil no conoce nada de eso. En 2005 estuve en África en la conmemoración de los 10 años de la liberación del Apartheid, en un evento llamado La esencia del berimbau. Estuve en Angola, en Mozambique, trabajando con mucha gente, fue una grata experiencia que no voy a olvidar, porque fueron ellos los que me invitaron a mí, de Brasil, para tocar un instrumento que les pertenece. Y todavía hay gente que dice que yo no vivo aquí desde hace más de 20 años. Lo que pasa es que si tú quieres sonar en Brasil tienes que estar y tocar aquí. Cuando Joao Gilberto estuvo viviendo en Nueva York casi nadie quiso hacer trabajos con él. La música aquí volvió principalmente en los años 70. Después de eso, bla bla bla: pasteurización. A partir de los 70 Bahía comenzó a dominar la cultura brasilera, algo que se supo aprovechar políticamente. La bossa nova, los grupos, todo. Todos los músicos que sonaban eran bahianos. A partir de ahí: pasteurización, si no eras Bahiano no dirigías nada, los secretarios de cultura lo entendieron rápidamente y eso se instaló en todo Brasil. Eran buenos músicos, pero acabaron con lo que era el verdadero carnaval de Bahía, por ejemplo, y ¿por qué? Por la pasteurización.

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03 setiembre 2009

Talvin Singh


Talvin Singh (nacido en 1970, en Leytonstone, Londres, Inglaterra) es un músico multi-instrumentista, deejay, compositor y productor británico. Conocido por ser desarrollador de nuevas tendencias artísticas, pensador conceptual y místico, por poseer una de esas geniales personalidades dentro del mundo de la música que surgen en contadas ocasiones y cuyo talento contribuye a redefinir los parámetros por los que se mueve la música popular. Singh es un auténtico catalizador de nuevas emociones al que no le importa asumir nuevos riesgos para propiciar toda clase de cambios.

Talvin fusiona música clásica de la India con música electrónica (drum ‘n bass). También, es generalmente considerado como exponente de un subgénero de la electrónica llamado Asian Underground.

Desde pequeño sintió un marcado interés hacia la música india que sus padres escuchaban normalmente en su casa. Cuando alcanzó la adolescencia, aprovechaba cualquier ocasión para visitar las tiendas especializadas en discos indios, tanto en Londres como en Birmingham, mostrando especial interés en las grabaciones que no solían incluirse dentro de los circuitos comerciales. Una vez en casa, creaba sus propias mezclas y practicaba haciendo «scratching» en el equipo de música de sus padres. Casualmente, el destino hizo que Talvin estuviera en contacto con un auténtico catálogo de nuevas experiencias culturales, desde el breakdance al breakbeat, pasando por el jazz o el jungle.

A los 15 años decidió marcharse de casa de sus padres para irse a vivir a la India, en busca de nuevos conocimientos musicales. Tras una etapa de búsqueda e investigación, consiguió contar con el apoyo de Ustaad Laxman Singh, creador de un estilo muy especial de percusión llamado «Punjabi Gharana».

Talvin estudió en profundidad todos los detalles relacionados con el repertorio de música india durante los dos años siguientes, destacando muy pronto como uno de los productores y percusionistas más famosos del momento, un éxito que le llevó a trabajar con estrellas tan conocidas como Sun-ra, Courtney Pine, Siouxsie and the Banshees y Björk.

Sin embargo, una cosa era convertirse en un músico y productor de reconocido talento y otra muy distinta conseguir un contrato discogàfico como solista. Las compañías no dejaban de asegurar a Talvin que su música era excelente, aunque no acababan de ver cuál sería el mercado adecuado para sus composiciones.

Llegado ese momento se inauguró la discoteca Anokha, en Blue Note. Musicalmente, se convirtió en el acontecimiento más importante de los 90s en el mundo del marketing, un evento que alcanzó dimensiones mundiales. Talvin había dado forma, con su talento, a una mezcla única formada por música dance, a la que incorporó sonidos universales, armonizadas con melodías y ritmos de todo el mundo. Produjo y publicó la recopilación Anokha, que sirvió para añadir una fuerza adicional a aquel movimiento musical que arrasaba en todas partes y que se vio apoyado por todo un estilo de vida basado en una frase creada por el propio Talvin, «Los Nómadas Culturales», y por el trabajo de otros «líderes culturales de opinión», como Sari y Trainers.

Anokha abrió las puertas del éxito a un amplio grupo de nuevos artistas que consiguieron de ése modo firmar importantes contratos con algunas de las principales compañías discográficas, mientras que Talvin finalmente firmó su propio contrato como solista con el sello Island Records.

Su primer álbum, «OK», mezclaba una gran variedad de sonidos eclécticos y muy internacionales. Creado en Londres, el álbum se grabó con la colaboración de 30 músicos procedentes de tres continentes, e incluía arreglos de piano clásico, break beat, sonido «drum and bass», «tablas», «sarangis», guitarras, secciones de viento, palabras recitadas y una sección de cuerda a cargo de la Orquesta Filarmónica de Madrás (India).

«Igual que sucede con un buen álbum de jazz, OK nos muestra las sutilezas y las maravillas que surgen con la escucha repetida de un disco - Lo que surge es un álbum que supera todas las diferencias de raza, cultura o idioma a través de una mezcla de pasado y futuro que no solo es un disco OK sino que resulta absolutamente impactante», afirmaba Mojo acerca del trabajo creado por Talvin. El resultado de tanta calidad le llevó a obtener el premio Southbank y el Mercury Music Prize en 1999. Desde que obtuvo este último galardón, Talvin apenas ha tenido tiempo para respirar, musicalmente hablando. Produjo un álbum para los Masters Musicians of Jajouka, que inspiró la música de la película «La Celda», dirigida por Tarsem Singh y protagonizada por Jennifer Lopez.

Recientemente ha compuesto la nueva sintonía del programa de la BBC «Tomorrow’s World», que se utilizará durante los próximos cinco años. Entre sus planes más inmediatos, piensa invitar a sus amigos a crear nuevas versiones de esa sintonía, especialmente a aquellos músicos cuyo estilo encaje dentro del contenido de «Tomorrw’s World», versiones que posteriormente pondrá a la venta en un CD publicado con su propio sello discográfico.

Como músico, Talvin Singh es el resultado de un buen número de influencias y experiencias culturales, de un intrincado viaje desde la antigüedad a la modernidad en el que siempre ha llevado consigo la herencia de sus antepasados. Quizá por eso, Singh nunca ha dejado de prestar atención a las aspiraciones del mundo contemporáneo para dar forma al estilo de música que escucharemos en el futuro.


http://www.lastfm.es/music/Talvin+Singh/+wiki