09 enero 2006

Dale al Pad


Cuando trato de imaginar cómo fueron los primeros percusionistas del mundo, no dejo de pensar en cuáles fueron sus fuentes de inspiración.

Se me ocurre que el corazón tiene su beat constante dentro del cuerpo, y por tanto implícito en los laberintos de nuestra mente y su percepción, pero también pienso que el caminar o el correr deben haber tenido una influencia bien clara, vinculada al golpeteo de nuestros pies contra el tambor de la tierra.

Percutimos con el cuerpo mientras jugamos con las palmas, hacemos chasquidos con los dedos, ruidos con la boca, o cuando golpeamos cualquier objeto para que suene.

El kit de batería siempre estuvo presente: el pie contra el suelo genera el bombo o kick (el latido del corazón es un tipo de kick con subgrave), el tambor o snare es el resultado de golpear fuerte contra alguna superficie, los platos equivalen a los chistidos bocales o golpes de “eses”, aplaudir genera el clap...

Los ruidos que pueden generarse con el cuerpo incluyen distintos tipos de silbidos (flautas naturales), y colchones atmosféricos profundos hechos con la voz (basta recordar los cantos graves de los monjes tibetanos o técnicas de canto más complejas como las ejecutadas en tierras de Siberia, el Tuva, donde logran generar más de un tono simultáneo a partir de la manipulación de las vibraciones de la garganta).

La cuestión es que de una manera u otra interactuamos con el ruido, con las explosiones sonoras, y nos hemos nutrido con una amplia colección de fuentes para amenizar nuestros sentidos.

No sé exactamente por qué lo hacemos, pero al pensarlo evoco imágenes de seres que no solo se comunican códigos contenidos en las estructuras sónicas (que dicho sea de paso, considero que a lo largo del tiempo es información que enriquecemos y cotejamos a través de los medios de comunicación disponibles), sino que expresan un placer físico espontáneo.

El conocido “punchi punchi” que suena en los estilos electrónicos contemporáneos -basados en la repetición del bombo como figura principal de la canción o ejecución instrumental- inspira a bailar y sacudirse. Pero más que a bailar estimula a saltar reiteradamente, algo que resulta común entre diferentes grupos étnicos, donde se usan tambores para marcar un camino sonoro hipnótico que induce al fervor ritual o al trance propiamente dicho.

El hombre ha perpetuado una búsqueda constante de elementos, transformando materiales en herramientas con el fin de extender sus límites y capacidades, y así lograr acciones que están más allá de las proporcionadas por su propio cuerpo. De la misma manera en que suplimos la carencia de garras y afiladísimos dientes con tenedores y cuchillos, no hemos cesado de elaborar medios para encontrar formas de expresarnos a través del sonido, enriqueciendo la experiencia de estar vivos.

En algún momento de la historia hicimos “aparecer” la primera guitarra, ese complejo sistema de cuerdas tirantes, o el piano, combinación ordenada de martillos.

Cambiando los formatos y los materiales, mantenemos una incansable producción de artefactos sonoros.

Una de las últimas tendencias ha sido la creación de instrumentos basados en pads. El pad es una superficie fina, generalmente de goma, en la cual podemos percutir con dedos, manos o palillos para generar sonidos. La ventaja más sobresaliente es que no estamos sujetos a un solo sonido, sino que pueden asignarse distintos sonidos a un solo pad. Y dichos sonidos no tienen por qué ser solo los que vengan incluidos dentro del instrumento, sino que podemos crear los nuestros, ya sea con otros instrumentos, con la voz o con el resultado de grabaciones ambiente, e ingresarlos para que al golpear un pad determinado, suene el sonido que le hemos asignado.

No es un invento nuevo, pero es una herramienta que se ha ido perfeccionando. Por ejemplo, a los pads se les ha dotado progresivamente de mayor sensibilidad de respuesta a la intensidad del golpe (en realidad reaccionan frente a la velocidad), con lo cual puede lograrse que al golpearlo suavemente emita un sonido suave, y si es fuerte, así sonará. Pero aún hay más. Puede programarse para que al golpearlo suave emita un tipo de sonido, y al golpearlo fuerte, emitir otro diferente. Dependiendo de cómo lo golpeemos, se escuchará un sonido u otro.

Ejecutando simultáneamente una amplia gama de sonidos elegidos según nuestro gusto, se puede emular el “toque” de un instrumento típico cualquiera, o se puede crear uno con las características de varios.

Se destaca la nueva posibilidad de combinar cientos de sonidos reales con electrónicos, y la chance de concentrar tal diversidad en un solo aparato.

Además, según el fabricante, cada uno de estos instrumentos cuenta con características que lo hacen único en su especie.

El Roland HPD-15 (1.000 dólares) es un instrumento electrónico multi pad para tocar con las manos. Tiene 15 pads de diferentes tamaños, y 650 sonidos de percusión de todas partes del mundo, más kits electrónicos y efectos. Incluye control de tono, secuenciador, y ritmos para tocar sobre ellos. Pero no graba, por lo cual no podemos integrar nuestros propios sonidos.

Para combinar bancos de sonidos pre grabados con los propios, Roland ofrece el SPD-S (500 dólares). Tiene 9 pads, 30 multi efectos, menos bancos incorporados, pero la posibilidad de grabar infinidad de sonidos para asignar a cada pad. La memoria donde se guardan nuestros sonidos es expandible mediante tarjetas Compact Flash, con capacidad de hasta 2 GB.

Los fabricantes de Kat, se han despachado con el Trapkat (1.400 dólares), un instrumento de 24 pads y toneladas de sonidos incorporados.

También son particularmente llamativos los modelos Akai MPD16 (150 dólares) y M-Audio Trigger Finger (200 dólares). Ninguno de los dos contiene sonidos propios. Son controladores Midi con 16 pads, conectables a la computadora vía USB. Dicho de otra manera, debemos asignarle los sonidos ya sea desde la computadora (sonidos residentes en el disco duro) o algún módulo de sonido externo.

Hasta ahora solo he mencionado instrumentos especialmente aplicados para percutir sobre los pads, pero también se han incorporado pads pequeños en instrumentos dedicados a la creación de patrones rítmicos, como las Groove Boxes de Akai, Korg, Roland o Yamaha. Inclusive se pueden ver pads agregados en sintetizadores como el Fantom-X6 de Roland (2.000 dólares), o el Micro Kontrol de Korg (300 dólares).

En lo que a percusión se refiere, estos controladores han elevado nuestras posibilidades sonoras a un plano enormemente más creativo.

La historia continúa.

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02 enero 2006

Motoglyph

Motoglyph es una instalación interactiva que viene desarrollándose desde el año 2004, conocida por primera vez durante el Miami´s M3 Festival. Fue presentada por el grupo Digit con motivo de representar a Motorola.

La instalación comprende tres paneles de vidrio, cada uno con una unidad Motoglyph y una librería única de sonidos.

Los participantes son invitados a crear firmas, frases o dibujos en el panel de vidrio, armados con una especie de spray digital. A medida que elaboran su diseño, sus movimientos se traducen en señales que mediante software, invocan una secuencia original de sonidos.

Tanto el dibujo como la creación sonora son grabados y posteriormente pueden ser descargados de internet en formato jpg y mp3 respectivamente, para poder utilizarlos en sus teléfonos celulares.

La gente pasa muchísimo tiempo jugando con sus graffitis virtuales, con la sensación de escribir con luz y escuchando el resultado sonoro simultáneamente. Cada movimiento afecta a los sonidos emitidos en tiempo real.

Estos tres paneles tienen sus características: en el primero, el sonido cambia su velocidad según cómo se mueva el spray a lo largo del eje Y, agregando capas de loops dependiendo de la aceleración. El segundo combina diferentes loops de acuerdo a los cambios de velocidad en el movimiento. Y el tercero construye un orden aleatorio de patrones rítmicos que pueden sonar hacia delante o atrás dependiendo de cómo se mueva el spray en el eje X (el usuario fácilmente puede crear efectos similares al scratch de los DJ).

Para consultar sobre otros proyectos de Digit:

http://www.digitlondon.com/

Motoglyph - fotos